Antecedentes La Cumbre Judicial Iberoamericana es su actual configuración es el fruto de una evolución que arranca en el año 1990 en Madrid, cuando se celebra la “I Cumbre de Presidentes de Cortes Supremas de Justicia de Iberoamérica, España y Portugal”. A esta Cumbre le siguieron dos más, también en Madrid, de similares características en los años 1994 y 1997. En 1998 tiene lugar en Caracas la I Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes y Tribunales Supremos de Justicia. Se entra así en una nueva etapa en la que la iniciativa y la gestión parten de la República de Venezuela, hoy República Bolivariana de Venezuela. En el marco de dicha Cumbre se creó una Unidad Técnica de Seguimiento, para llevar a cabo una evaluación del impacto de las acciones y compromisos asumidos en la misma. También en Venezuela se llevó a cabo en el año 1999 la II Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Tribunales Supremos de Justicia, la que al igual que la anterior fue organizada por el máximo órgano del Poder Judicial de dicho país, a través de una Secretaría creada al efecto. En el año 2001 toma la iniciativa España, convocando la VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos, la cual se celebró en Canarias. A esta Cumbre le siguieron otras dos en los años 2002 y 2004 en Cancún y San Salvador, respectivamente. Paralelamente, en el año 1998 se llevó a cabo en Sucre el I Encuentro Iberoamericano de Consejos de la Judicatura, al que le siguieron otros tres más en los años 2001, 2002 y 2004, en Barcelona, Zacatecas y Copán, respectivamente. La actual Cumbre Judicial Iberoamericana es precisamente el resultado de la fusión o convergencia, a partir del mes de junio de 2004, de las dos estructuras anteriores: la Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia y el Encuentro Iberoamericano de Consejos de la Judicatura. Esta fusión se operó a partir de las trascendentales declaraciones de Copán-San Salvador, en las que los Presidentes y Presidentas tomaron el acuerdo de formar una sola estructura en la que se residenciaría la voz unificada de las máximas instancias de los Poderes Judiciales de la región Iberoamericana. Para la numeración de las sucesivas ediciones se ha operado la suma de las celebradas hasta ahora, tanto a nivel de Cortes como de Consejos. |